Comentario
La institución de los beaterios tuvo una gran difusión en las Filipinas. Fueron el medio de canalizar la religiosidad de mujeres indígenas o mestizas que encontraban muchas trabas para ingresar en el único convento de clausura existente en la ciudad. Estos beaterios tenían en su origen la finalidad de facilitar a las mujeres que así lo desearan una vida de recogimiento y oración. Con este objeto se ponían bajo la protección de un convento masculino y podían adoptar para su funcionamiento una orden terciaria. Con el tiempo, estas instituciones fueron acogiendo alumnas y residentes como una manera de sostenerse económicamente, pero también impulsadas por el deseo de mejorar las condiciones de vida de indias o mestizas.
Esta institución mixta, mitad casa de comunidad, mitad colegio-residencia, fue la forma más corriente de la educación de las jóvenes en las Islas.